Hace una semana que se estrenó la novena entrega de la saga Fast&Furious en nuestro país y pese a que hace años que dejó de tratarse de una película relacionada con los coches, los aficionados siguen acudiendo a la cita por costumbre o romanticismo. Este Dodge bautizado como Hellacious podría considerarse un protagonista más ya que se ha convertido en un icono reconocido por ser el coche personal de Vin Diesel en su papel de Toretto.
A medida que se iban rodando las películas, el Dodge Charger iba sufriendo accidentes y muchos de ellos llevandolo al siniestro total. Se han fabricado varias unidades a lo largo de los años por lo que es absurdo buscar una “originalidad”. Dennis McCarthy es el responsable encargado del diseño y fabricación de todos los vehículos “especiales” que aparecen en las películas de la saga, y en el caso de las últimas versiones del coche de Toretto buscó ayuda externa. Acudieron a SpeedKore, una empresa americana especializada en el mismo tipo de preparaciones y que están considerados como unos de los mayores expertos en la fibra de carbono.
Este último Charger, que aparece en la novena entrega, es el más ancho que se haya visto y está realizado totalmente en fibra de carbono. Se trata de una evolución del Hellraiser que se presentó en el SEMA Show de 2019. Esta versión entregaba casi 980CV y tal y como aparece en algunas escenas, el motor estaría situado en la parte trasera. No sabremos la verdad, pero tratándose de la industria de Hollywood, no sería de extrañar que fuera una pieza falsa y el motor realmente estuviera ubicado bajo el capó.
No hay que desanimarse ya que para esta versión que pretende vender SpeedKore, el motor sí que irá situado en la parte central del coche tal y como vemos en las imágenes ya que tal y como dice su CEO, Jim Kacmarcik; “queríamos llevar la magia cinematográfica de Fast&Furious9 a la vida real”.
Esta unidad, bautizada como Hellacious (traducido significaría algo parecido a “infernal”), está fabricado cien por cien en fibra de carbono sobre un chasis tubular en el que el imponente V8 Hellcat de 6.2 litros en posición central es el protagonista. Las cifras son de infarto; 717CV y 881NM. Tal es la potencia que produce que tuvieron infinidad de problemas con la caja de cambios hasta que dieron con la solución; modificar una transmisión de un Lamborghini Gallardo.
Bajo el capó encontramos un gigantesco radiador e intercoolers de tal tamaño que prácticamente llenan el espacio disponible. La línea de escape en tres pulgadas es obra de Magnaflow y para detener a esta bestia ha recurrido al conjunto de Brembo más grande que entraba en las llantas de 18 pulgadas y seis radios.
En el interior encontramos unos asientos deportivos con aspecto clásico en cuero, un freno de mano hidráulico, arneses Simpson, salpicadero personalizado con todos los indicadores necesarios, la botella de óxido nitroso y un cortafuegos que separa a los ocupantes del motor.
Tal y como nos han comunicado los chicos de SpeedKore, sólo se ha fabricado esta unidad y no tienen intención de producir en serie limitada esta “réplica” del coche de Toretto, convirtiéndola en una pieza codiciada por los coleccionistas más aferrimos a la saga Fast&Furious.